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ENTREVISTA JUALIAN ASSANGE

“Ecuador debe buscar el cese al espionaje masivo de EE.UU. contra los ciudadanos”
 
Entrevista al activista Julian Assange 21 de junio de 2014

El debate sobre si internet debe ser regulada por los gobiernos es global. ¿Cómo se puede garantizar la libre circulación de información y al mismo tiempo controlar prácticas monopólicas de los gigantes puntocom sin tener en cuenta el espionaje cibernético estadounidense? Julian Assange se posiciona sobre estos temas. ¿Cómo se posiciona usted frente al debate de la neutralidad de internet?

 

La neutralidad de internet es un asunto más complejo para libertad de internet de lo que muchos creen. Generalmente estoy en contra de la regulación de los gobiernos a internet porque una vez que un gobierno inicia la regulación se abre las puertas para intervenciones que no necesariamente apruebo. Sin embargo, creo que si tienes unos cuantos jugadores poderosos, como los gigantes de las telecomunicaciones o grandes bases de datos como Google y otros, cuyo poder ha crecido al punto de que cumplen funciones cuasi gubernamentales en la web, entonces hay un fuerte caso para intervenir con regulaciones para prevenir que esos gigantes fijen sus propias “regulaciones” basadas en sus políticas empresariales y el sigilo: filtrar algún contenido, proteger otro, espiar a sus usuarios y más. Estos problemas de monopolio son comunes en todos los sectores, como  la concentración de los medios en pocos dueños. Entonces la neutralidad es importante para asegurar la justicia e igualdad en la web para individuos y pequeñas organizaciones.

 

¿Cómo defenderla frente a los intereses de las grandes potencias y gigantes puntocom?

 

Es una cuestión difícil porque muchos estados tienen una comprensible preocupación: que la influencia extranjera de estos poderosos de internet se convierte en un reto geopolítico y puede ser usada para mermar su soberanía. Ellos están tratando de responder a esta preocupación en una vía no positiva para internet: aprobar leyes para permitirles inspecciones y filtrar contenidos, y otras medidas técnicas como cortar su internet nacional de la web global. Este es el camino equivocado. En su lugar, estos estados deben abrazar la causa de la libertad de internet y crear jurisdicciones hospitalarias para editores y otras formas de comercio virtual y provisión de servicios. Necesitamos crear competencia entre estados para promover la libertad de internet. Este camino puede presionar a los centros de gravedad de internet que provienen de EE.UU. y asegurarnos de que los riesgos geopolíticos no son tan grandes.

 

 

¿Cuál es el grado de vulnerabilidad de internet en América Latina, teniendo en cuenta que todos los cables de fibra óptica que la comunican pasan por EE.UU.?

 

La respuesta a esto está en la misma pregunta. Todos entendemos que el petróleo que mueve la industria y economía nacional atraviesa por oleoductos transversales que les pertenecen a otros estados, es decir otro Estado tiene una influencia sobre ese país. El mismo principio se aplica con la infraestructura de internet. En el caso de una confrontación geopolítica seria y tomando en cuenta que la conexión entera de internet de América Latina depende de la infraestructura dentro del territorio norteamericano, EE.UU. podría potencialmente bloquear las líneas de fibra óptica de la región. Latinoamérica tendría otras formas de acceder a internet, pero su ancho de banda se vería afectado. Pero esto es hipotético. ¿Qué sabemos que está ocurriendo al momento? Sabemos, mediante los informes de Snowden (aunque yo también escribí un prefacio sobre la situación de Latinoamércia en mi libro Cyberpunks, en 2012, diciendo lo mismo), que la NSA está interceptando masivamente las comunicaciones de A. Latina. Las comunicaciones privadas de los ciudadanos de todas las naciones están siendo interceptadas y guardadas por las agencias espías de EE.UU. La ley norteamericana dice que debido a que estos ciudadanos no son estadounidenses, no tienen derecho a la privacidad. Si un país foráneo puede robar las comunicaciones privadas de todas las civilizaciones, solo piensen cuánta influencia estratégica tiene EE.UU sobre Latinoamérica, no solo sobre sus gobiernos sino también sobre sus habitantes.

 

 

 

¿Cuál es su posición frente a la idea de Brasil de lanzar su propio satélite, y obligar a las empresas tecnológicas multinacionales que tengan sede en este país a lanzar sus propios cables?

 

Estas medidas constituyen parte de la solución a corto plazo. Sin embargo es un tema delicado. Brasil tiene una industria militar y de telecomunicaciones compleja. Tampoco sería adecuado permitir que  se forje una ‘hegemonía de internet’ regional en América Latina.   

 

 

¿Qué alternativas tienen países pequeños como Ecuador para enfrentar el espionaje no solo de Estados Unidos sino de grandes corporaciones como Chevron?

 

Pienso que el mejor modelo para naciones pequeñas como Ecuador es seguir el ejemplo de la iniciativa islandesa para medios de comunicación modernos (Icelandic Modern Media Initiative) que fue una propuesta de ley que yo presenté en este país en 2010. La propuesta estaba enfocada en hacer de Islandia una jurisdicción competitiva alrededor del mercado de otras compañías que también desean proveer servicios de internet. Creo que esto se deriva sobre todo de la necesidad de comprender los valores de internet, y de acoger la libertad de expresión que da el ciberespacio: dando una voz a los individuos que, en forma global, pueden derrotar a las grandes concentraciones de los medios privados y suplantar sus intereses. A corto plazo, Ecuador debe buscar el cese al espionaje masivo de  EE.UU. contra los ciudadanos, ubicados en puestos diplomáticos, y puede pasar leyes para estipular que las compañías que proveen internet en Ecuador usen estándares bases de encriptación industriales y auditables.

 

 

 

¿Considera que EE.UU. ya no intercepta los teléfonos personales de aliados como Dilma Rousseff o Angela Merkel?

La Casa Blanca ha dicho que el teléfono de Ángela Merkel no es el objetivo explícito. Pero la NSA y la GCHQ (Cuartel General de Comunicaciones del Gobierno, por sus siglas en inglés) interceptan las telecomunicaciones del mundo. En la mayoría de los casos no hay un objetivo específico. La filosofía de estas entidades, detallada en sus propios documentos, es “recolecten, almacenen, busquen y exploten todo”. Todo fue revelado por la prensa alemana, todo lo que yo dije estaba ocurriendo exactamente, así se incrementó la vigilancia sobre Merkel.

 

¿Cómo Estados Unidos ha alcanzado su capacidad tecnológica para lograr escuchar todas las comunicaciones humanas?

 

Parecería inconcebible, pero si alguien está acostumbrado a pensar en términos de ingeniería computacional no es ninguna sorpresa. Si alguien está familiarizado con las predicciones matemáticas del crecimiento y la escala que abarca el avance de la tecnología, como la Ley de Moore, entonces es posible entender que nosotros estamos en la mitad del período exponencial del crecimiento. Fui miembro del grupo de pensadores – ciberpunks- en 1990, y nosotros predijimos la mayor parte de eventos que están ocurriendo ahora. Es posible leer esto en mi libro Cyberpunk, publicado por múltiples editoriales en el mundo. 

 



 

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